La resbaladicidad es un factor muy importante de cara a los pavimentos de madera. Se ha de tener en cuenta que no sólo depende del material con el que está fabricado, como la madera, sino también del tratamiento posterior que se le aplica.

Respecto a los pavimentos en general, el Código Técnico de Edificación indica, sobre todo, que para suelos de edificios o zonas de uso público residencial, sanitario, docente, comercial, administrativo o de pública concurrencia: “se limitará el riesgo de que los usuarios sufran caída, para lo cual los suelos serán adecuados para favorecer que las personas no resbalen, tropiecen o se dificulte la movilidad”.

La madera de por sí, al ser un material poroso, tiene una superficie con poca resbaladicidad, pero no sólo hay que tener en cuenta el material ya que, el tratamiento posterior que se aplica (barnizado, limpieza, encerado, tintado, etc.) es de gran importancia y puede afectar aumentando o reduciendo el nivel de resbaladicidad.

En el caso del nivel de resbaladicidad del pavimento, debe de ser indicado por el fabricante, bien en el propio embalaje o en una ficha técnica adjunta. En el caso del tratamiento posterior a aplicar debemos estar seguros de hacerlo con productos que refuercen o, al menos, mantengan las propiedades de resbaladicidad que nos exigen.

Para saber que grado de resbaladicidad tiene nuestro pavimento debemos conocer su índice Rd (índice de resistencia al deslizamiento). Este índice establece la siguiente clasificación:

Tratamiento madera resbaladicidadDependiendo de la ubicación y uso del suelo, el Código Técnico de Edificación establece, unos mínimos de clasificación que se muestran en la siguiente tabla:

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